jueves, 10 de noviembre de 2011

Cajitas de terciopelo y baúles de sótano.

Momento de flashback por los hechos que acaban de acontecer, que te rememora a aquel momento que ocurrió hace ya no sabes cuánto. Echas la vista hacia atrás, te emocionas por lo que recuerdas, fue bonito.

¿Nunca os habéis preguntado qué momento del pasado guardaríais para siempre?. Seguro que sí.

Viendo el famoso anuncio de televisión con el eslogan del Banco de Recuerdos me ha despertado la curiosidad por pensar en el mañana, pero más aún en el ayer. Poniéndome a buscar recuerdos, siempre agradables, he hallado unos cuantos que metería en una cajita. Cuántas sensaciones experimenta tu cuerpo por tan solo unas imágenes sin sonido envueltas en la niebla del tiempo: felicidad por lo vivido, añoranza y tristeza por no poder volver a aquellos instantes... Después te relajas y tu mente comienza a trabajar ella solita.

Cuando mi pasado perfecto estaba ya analizado a su máximo nivel, he querido ver la otra parte, la que mi cerebro guarda en un baúl bajo llave en el lóbrego y húmedo sótano. No era tan idílico lo que iba sacando, algunas cosas frustraban, otras dolían. Sacaba esos trastos "inútiles" que he ido acumulando en un lugar en el que no estorbasen. Los cogía a sabiendas que debían ser devueltos al arca.

Volviendo al presente, a la preocupación por el mañana y por la decisión de empaquetar recuerdos, caí en la cuenta de que no podría dejar el viejo y aplastante baúl, que esos momentos son míos, que son parte de mí. ¿Quién o que clase de persona sería yo ahora sin la convergencia en mi persona de todas esas vivencias?. No aprendes a levantarte si no te caes. Yo me he caído tantas veces y tan dolorosas como veces me he levantado, a cada cual más fuerte.

Entonces fue cuando llegué a la conclusión de que no cambiaría ni una sola línea de lo que hay escrito en mi diario. ¿Máquinas del tiempo?, no. Sintiéndolo mucho por Wells, a quien admiro, ojalá nunca se encuentre la manera de hacer retroceder las horas. El pasado pasado está, el futuro aún por escribir.

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