miércoles, 28 de diciembre de 2011

Deseos de Grandeza, Envidia del que Ama y es Amado

Deseo ser un libre ente,
pura alma.
Deseo la fuerza de un huracán,
deseo la mente de un universo,
deseo marcar la diferencia,
estar por encima de todo.
Deseo poder de reyes,
deseo la magia de la eternidad,
deseo fortunas imperiales.

Pero, por encima de esto,
deseo caminar entre los hombres,
sentir su calor, refugiarme en ellos.

El hombre,
el único que hace guerras,
sabe amar como nadie,
como ningún otro ser.

He ahí el que yo quiera añadir a mi ente,
el deseo de ser humano,
pero, sobre todo,
sentir el amor de este.

jueves, 8 de diciembre de 2011

El Miedo

Es dolor, es alegría, es pasión,
es una mezcla de todo,
es la presencia de nada.

Te paseas por mi mente
y saltas por mi corazón,
pero no logro tocarte.

Estás ahí, yo te veo,
y me resultas inalcanzable.

No sé qué hago aquí
que no cruzo este lago
en el que se ahogan las palabras
que no me atrevo a decirte.

Llámame cobarde
porque es lo único que soy,
llámame ignorante,
porque es que lo que siempre yo seré,
ya que nunca sabré
qué es lo que podría suceder:
tal vez todo,
tal vez nada.

Y por el todo estoy soñando,
y por la nada estoy sufriendo.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Su Fragancia

Sólo respirar su fragancia,
una sola vez,
le hizo falta a mi alma
para quedar enganchada por siempre.

Cada mañana acudía a la tapia
a no ver nada,
a inhalar su aroma.

Demasiado alto era el muro
para poder contemplar
al emisor de aquel hermoso olor.

Busqué algo con que trepar,
algo con lo que subir,
algo que en nada dejara
a aquella cruel pared.

Y un buen día apareció,
allí estaba apoyada en la piedra,
una forjada e iluminada escalera.

Escalé por sus peldaños a lo alto,
abrí los ojos y miré,
y al fin pude contemplar
aquel maravilloso paisaje sin igual.

Pero no, no era todo aquello
lo que había despertado en mí
el idílico y bohemio frenesí.

Había algo más:
no hizo falta nada
para dar con la flor más deseada,
porque ella estaba ahí
tan parecida y tan distinta a todas.

Era la rosa más hermosa,
la más bonita y por mí preciada.

Pero yo sabía que una barrera,
toda de piedra entallada,
era lo que nos separaba.

Aún así me prometí, mirándola,
que todos los días allí acudiría,
que iría a adorarla.

Pues, como bien fue escrito
por un ilustre del corazón:

"para el amor
no hay barrera de piedra"

Sin Darme Cuenta

Fue sin darme cuenta
que yo empecé a sentir
que un hilo hacia ti
me ataba y empujaba.

Fue sin darme cuenta
que la vida comenzó a moverse
y al ritmo de tu corazón sonaba.

Fue sin darme cuenta
que en tus ojos vi la luz
que tanto yo necesitaba.

Y, de pronto, me di cuenta
que eras tú el pedacito ese
que a mi alma le faltaba.