lunes, 30 de septiembre de 2013

Historias Tatuadas

Cada noche la misma piel,
cada noche el mismo cuerpo
tatuado de las más bellas historias
que en la vida imaginé. 

Cada noche lo aferro, 
lo miro, 
lo contemplo, 
lo dejo descansar contra mi pecho 
a punto de estallar en la más hermosa sensación 
de irrealidad más real 
que he logrado alcanzar. 

Sé que es de verdad, 
lo presiento. 
El resto no lo entiende, 
no ve más que mi cara enamorada, 
delirante y  atontada, 
más que la sonrisa que se me dibuja 
cada vez que abro sus páginas.